Un peritaje balístico confirmó que la bala que mató a Sol Ana Acuña Bilbao, la tucumana hallada muerta hace ocho días en su casa del barrio porteño de Villa del Parque, y las dos vainas servidas halladas en la escena, partieron de su propia arma reglamentaria, aunque se espera el resultado del dermotest para ver si hay rastros de pólvora en sus manos o en las de su pareja, un policía que está preso acusado por el femicidio.
Fuentes judiciales informaron hoy a Télam que la jueza en lo Criminal y Corrección 8, Yamile Susana Bernan, recibió los primeros resultados de los peritajes realizados por la Policía Federal en torno a dos armas secuestradas en la escena del crimen. “El adelanto del peritaje balístico concluye que el proyectil y las dos vainas secuestrados fueron disparados y percutados, respectivamente, por el arma reglamentaria que tenía asignada Acuña Bilbao”, confió un vocero judicial.
El arma es la pistola marca Pietro Beretta calibre 9 milímetros que fue secuestrada junto al cadáver de la víctima el pasado 1 de marzo en la casa de la calle Terrada al 2.500, de Villa del Parque, donde la oficial de la Policía de la Ciudad fue hallada muerta tras una discusión con su pareja.
Si bien los investigadores también habían secuestrado y mandado a peritar el arma reglamentaria del imputado Germán Baigorria, también policía, los voceros indicaron que, de acuerdo a los peritos, esa pistola no fue disparada.
Ahora la jueza Bernan espera los resultados de la pericia del barrido electrónico sobre las muestras tomadas de las manos y las ropas de la víctima y del imputado para ver si hay rastros de bario, antimonio y plomo, los tres elementos que se dispersan ante la deflagración de un disparo.
El resultado de ese peritaje podría ser clave para definir la situación procesal de Baigorria, quien a partir de los primeros testimonios y elementos colectados en el expediente, está detenido por decisión de la magistrada ante la sospecha de que cometió un femicidio.
Si bien, en las primeras actuaciones, ante la llegada de la policía al domicilio, había afirmado que su pareja se había suicidado de un tiro tras una discusión, Baigorria se negó a declarar cuando la semana pasada fue indagado formalmente como presunto autor de un “homicidio agravado por mediar violencia de género”.
El crimen
De acuerdo a la imputación que la jueza le hizo al indagarlo, todo comenzó la noche previa cuando Acuña Bilbao salió a cenar con una amiga, y el sospechoso inició una discusión por WhatsApp en la que le decía que no le creía y pensaba que estaba con otro hombre.
De acuerdo a los vecinos que declararon en el expediente, cuando Sol llegó a las 3 de la madrugada del 1 de marzo a la casa de la calle Terrada, comenzó una discusión con gritos, golpes, forcejeos y hasta un disparo al piso, que se extendió hasta las 5, cuando se escuchó un segundo tiro que, se cree, es el que le provocó la muerte a la joven.
De acuerdo a una inspección que realizaron cuando ingresaron a la vivienda, los investigadores hallaron un vidrio roto en la puerta de la habitación, sillas tiradas, un espejo rajado, un teléfono celular partido en dos y otro con la pantalla astillada.
La jueza Bernan consideró que el hecho se enmarca en un contexto de violencia de género y que el imputado ejercía sobre la víctima “violencia psicológica”, ya que otros testigos contaron que el hombre le revisaba el teléfono celular a Acuña Bilbao y le prohibía que invitara a sus amistades a la casa que compartían.
Acuña Bilbao era una oficial que hace un año y medio formaba parte de la Policía de la Ciudad y que actualmente prestaba servicios en la comisaría vecinal 12B, mientras que Baigorria se desempeña en Servicios Especiales de Tránsito de la Ciudad.
Luz Acuña Bilbao, hermana de la víctima, contó que ambos se conocieron en 2018 en el curso de ingreso para la Policía de la Ciudad, que desde ese momento él empezó a ser violento con ella, pero su hermana no lo quería denunciar por temor a complicarlo en el trabajo, y que una vez le dijo: “si el día de mañana me encontrás muerta, ya sabés quién fue”.